chapulines amarillos
La política mexicana es estática en sus costumbres y retrógrada en sus alcances, cada periodo de gobierno se repiten las mismas acciones y se degradan cada vez más, muestra inequívoca de ello es el “chapulineo” mostrado por los jefes delegacionales del Distrito Federal, 13 de ellos han pedido licencia para buscar acomodarse en nuevo periodo de fuero (para evadir las responsabilidades de actividad al frente de los gobiernos delegacionales) persiguiendo, primero, la candidatura y luego la posesión de una diputación local o federal (aunque en el caso de Iztapalapa, sobre el delegado Jesús Valencia pesa una investigación por conflicto de intereses).

En Cuajimalpa, que lleva el priista Adrián Rubalcava, y Benito Juárez, del panista Jorge Romero, han dicho que esperan las instrucciones de sus institutos políticos para hacer sus movimientos, siendo un hecho que también salen de las administraciones delegacionales respectivas.

Así, en estas elecciones de 2015, 16 de 16 delegados dejan alegremente el encargo al que se comprometieron por 3 años, al igual que harán los diputados locales y federales actuales, cuya escena veremos por enésima repetición en 2018, donde se unirán Senadores y Gobernadores a los brincos de los diputados, delegados y presidentes municipales.

El cinismo es parte intrínseca de la clase política nacional y, parafraseando a Peña Nieto, es un tema de “orden cultural”.