Uno de los más bochornosos incidentes de los últimos años sucedió en la Cámara de Diputados, donde no precisamente las cosas son muy normales, donde la dupla descaro – injerencismo se ha mostrado en su más cruda forma de la mano de una legisladora del grupo formado por pri-pan-prd, mejor conocido como “va por México”.
Ahí, en el recinto donde se teje el porvenir legal del país, en momentos álgidos de la vida nacional donde se está poniendo el juego parte del futuro energético-económico, en el espacio que se supondría están los representantes populares en cada curul, hasta ahí en lo más profundo y definitivo de la decisión por la nación llegó un reconocido cabildero italiano en espera de, quizá, dirigir desde el mismo corazón legislativo el sentido de la votación de los diputados bajo sus órdenes.
Paolo Salerno, dueño de la firma Salerno y Asociados (formalmente se dice “socio”), coordinador del comité de energía de la Cámara Italiana de Comercio y cuya función es informar “acerca del sector energético en México, desde un punto de vista jurídico, productivo y económico. Esto, a través del apoyo de las empresas italianas presentes en México, expertas en la materia”, y a quien el legislador Leonel Godoy identificó como cabildero del ramo energético, y quien pidió que fuera retirado de un espacio donde solo deben estar diputados, fue sorprendido al lado de una novata en las lides legislativas y a quien daba indicaciones: Edna Díaz, representante del PRD.
En la Cámara de Diputados si tiene un registro de 266 cabilderos para todo tipo de industria, pero nunca se había evidenciado su injerencismo de forma tan descarada, ocupando un curul, tal como lo evidenció el diputado Leonel Godoy, que identificó con quien estaba y pidió que fuera retirado de esa zona.
Gravísimo es que en un momento trascendental para el país y el desarrollo económico de la población, como es la discusión de la Reforma Eléctrica, en el salón de sesiones esté un extranjero con interés particular en el ramo energético y en este caso cabildero de la empresa italiana ENEL Green Power, empresa que suministra energía eléctrica en Italia a uno de los costos más altos de la Unión Europea.
Novatez, ambición, afán de notoriedad, lo cierto es que la diputada Edna Díaz ha quedado marcada con adjetivos como traidora a la patria, vendida, malinche, además de tener una pésima reacción al emitir un comunicado negando lo evidente: “…se me ha ligado con un supuesto cabildero extranjero, afirmo categóricamente que no tengo vínculo de ninguna especie con dicho individuo”.
A la posición de Edna Díaz siguió la de el grupo parlamentario del PRD, que solo fue una retahíla de ataque a diestra y siniestra, pretendiendo “proteger” a la diputada con lugares comunes, sin ir al fondo del asunto, qué hacía ese extranjero en el pleno de la cámara: “…nuestro respaldo y solidaridad a nuestra compañera (…), quien ha sido víctima de ataques infames, a los que hoy se sumó el Presidente de la República, lo cual representa violencia política en razón de género”.
¿Beneficios grupales o individuales? ¿Cuentas en el exterior para cuando se les termine el puesto político que hoy tienen? ¿Empleos en las empresas beneficiadas a futuro? ¿Un pequeño moche nada más? ¿Qué están buscado esos legisladores que solo actúan por consigna?
Necesitamos que en la Cámara de Diputados, tanto como en el Senado, legisladores como Leonel Godoy estén atentos y emitan alertas de este tipo y otros más, porque si bien eso no cambiará el sentido de la votación sobre la Reforma Eléctrica, si puede cambiar el de una elección.
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